Hoy amanecimos con la (creo) primer lluvia en condiciones de la temporada. Ya se extrañaba el agua aquí en Galicia.

Tuve que ir caminando hasta el trabajo, porque aparentemente la empresa de autobuses (esa única empresa privada que tiene la exclusividad de todo el transporte público de la ciudad) ha cambiado, sin aviso alguno, el recorrido del bus, posiblemente por los desastres urbanísticos que cortan impunemente las calles de la zona para ubicar eternos e inestables andamios como el que se cayó hace unos meses frente a casa.

Así que tuve que caminar bajo la lluvia hasta el trabajo, y pude comprobar como muchas calles se encontraban relativamente anegadas, si no para el tráfico rodado, sí para el peatonal, lo que me obligó a mojarme bien los pies para cruzar algunas calles. No me extraña en absoluto, después de ver como en las obras limpian su maquinaria dejando que el cemento corra por los desagües pluviales (algo que, según mis conocimientos de obra, está terminantemente prohibido)

Independientemente del estado de los desagües, he podido comprobar el resultado de que instalen andamios cortando las cunetas de las calles. El agua no tiene un sitio determinado por donde correr, así que se acumula en algunos sitios y corre por el medio de las calles y aceras. Al llegar a San Andrés frente a la plaza de Pontevedra, donde hay una obra que ya no recuerdo cuanto tiempo lleva instalada ocupando TODA la acera (que es bastante ancha) y parte de la calle, tuve que pasar por ese pasillo que disponen frente a la tapia de madera. Por supuesto, los coches y buses que alegremente aceleraban en la avenida tenían el gusto de salpicar completamente a los peatones, que nos veíamos atrapados e indefensos en ese angosto pasillo entre la pared y el tráfico.

Llegué a tiempo al trabajo, gracias. Ayer lamentablemente no pasó lo mismo. Quizás al alcalde, al consejero de urbanismo, al resto de funcionarios públicos implicados y al dueño de la empresa de transportes, les resulte anecdótico que el bus no pase. A mi en cambio seguramente me descuenten dinero del sueldo por haber llegado tarde, tonto de mí, que en lugar de usar el coche dependo del transporte público. Hijos de puta.