Esta fortaleza medieval fue, después de la Reconquista cristiana, residencia real, hasta que la misma se trasladó a la plaza del Comercio. Desde el castillo de San Jorge disfrutamos de una vista espectacular sobre la ciudad y el estuario del río Tajo; podemos ver la zona portuaria y los numerosos ferries y lanchas que lo cruzan a todas horas. Paseando por el recinto amurallado podremos ver las distintas dependencias que en su tiempo formaban la fortaleza. Alrededor de la entrada principal hay numerosas tiendas que venden recuerdos del lugar.
Si se desea subir caminando al castillo es conveniente partir de la Rua da Madalena desde el Rossio y en esta doblar a la izquierda por las Escadinhas de Sao Cristovo; si vienes por la Rua de Santa Justa desde el elevador, al llegar a la Rua Magdalena giras a la derecha y a unos pocos metros están las Escadiñas.