Archivo categoría poesía

Te vamos a extrañar

Hace unas horas ha muerto Mario Benedetti. Y tengo ganas de llorar. No sé bién qué poesía poner. Elijo una.

Rostro de vos

Tengo una soledad
tan concurrida
tan llena de nostalgias
y de rostros de vos
de adioses hace tiempo
y besos bienvenidos
de primeras de cambio
y de último vagón.

Tengo una soledad
tan concurrida
que puedo organizarla
como una procesión
por colores
tamaños
y promesas
por época
por tacto
y por sabor.

Sin temblor de más
me abrazo a tus ausencias
que asisten y me asisten
con mi rostro de vos.

Estoy lleno de sombras
de noches y deseos
de risas y de alguna
maldición.

Mis huéspedes concurren
concurren como sueños
con sus rencores nuevos
su falta de candor
yo les pongo una escoba
tras la puerta
porque quiero estar solo
con mi rostro de vos.

Pero el rostro de vos
mira a otra parte
con sus ojos de amor
que ya no aman
como víveres
que buscan su hambre
miran y miran
y apagan mi jornada.

Las paredes se van
queda la noche
las nostalgias se van
no queda nada.

Ya mi rostro de vos
cierra los ojos
y es una soledad
tan desolada.

1 Comentario

Nuevas experiencias artísticas

Con algo de vergüenza, me animo a colgar uno de mis primeros desnudos:

paula1

La modelo es Paula, una chica majísima.
Alguna vez pensé que era una tontería, y ahora estoy descubriendo lo lindo que es trabajar con carboncillos.

1 Comentario

Elegía

Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas

daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irán a cada lado
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.

Miguel Hernandez

2 Comentarios

Noche conocida

noche

noche fría e inmunda
me envuelve, no me abraza
me mira con desdén
cuando pasa.
que se pudra.

he bebido
mas de la cuenta,
me he divertido
y he perdido;
no he podido olvidar
y ya van mil.

y qué mas da
si ya perdí mi mano
jugué el último farol.
estoy acostumbrado.
me quedo acá tirado
a ver si sale el sol

1 Comentario

Miércoles

Que la última noche me encuentre
bebiendo en un bar.
Que la última noche me encuentre
discutiendo.
Que me encuentre jugando
al truco
y cantarle falta envido,
y mentirle decidido,
aunque esté ciego.
Que el último grito me encuentre
marchando
por algo que creo
y no llorando
por algo que quiero.
La última palabra
de mi boca
será «gracias» o «cabrones».

3 Comentarios

A %d blogueros les gusta esto: