Una miembra del gobierno está convencida de que la igualdad de género consiste en cambiar todas las palabras que acaban en «o» para que acaben en «a». Muy inteligente. Pensamos mas: los países con topónimo femenino (como «España» o «Argentina») deberían llamarse paísas. Las asambleas cuyos miembros sean hombres, deberían ser asambleos. Los corazones de mujer deberían ser corazonas y las venas de los hombres deberían llamarse venos.
Eso es lo que se llama «originalidad política», supongo, como lo de cambiar el muñeco del semáforo por otro con vestido. Sinceramente, yo veo muchas mas mujeres con pantalones que con vestido. ¿no es un ejercicio de sexismo el identificar a las mujeres con las personas que llevan vestido? Ya puestos, podían hacer semáforos con vestido y una plancha en la mano.
#1 by Félix on 13/06/2008 - 2:09
Buen y oportuno post.
Pregunto: ¿Cuando me preguntan cuál es mi profesión deberé responder periodisto?
La gilipollez que supone promocionar la «legalización lexicológica» del palabro miembra ha sido acertadamente «valorada» por Guerra, conviene subrayarlo como consuelo: ¡en el PSOE queda gente con vergüenza política!
#2 by pereyra on 14/06/2008 - 0:19
Cierto. Guerra para variar da una de cal y una de arena, pero su opinión no pudo ser mas clara: «es absurdo» y «una pérdida de tiempo». Y digo yo, que el tiempo de los ministros debería usarse lo mejor posible.