– Hola, ¿con Facebook? Sí, quería que me manden un kilo de moral, por favor.
– ¿La quiere simple o doble? La doble está de oferta.
– Ay, buenísimo! Entonces mándeme dos kilos de doble, porque tengo invitados, y no sabía qué servirles. Pongame un kilo de moral católico-comunista, y otro de anarco-fascista. ¿Tienen moral peronista?
– Lo siento, la moral peronista no la servimos en su zona, porque se derrite en seguida, y cambia de sabor antes de llegar. Igual la puede hacer usted mismo, mezclando todas las sobras de moral que le queden en la heladera.
– ¡Perfecto! Gracias. ¿Cuánto es?
– No se preocupe, usted ya pagó.