Te vamos a extrañar


Hace unas horas ha muerto Mario Benedetti. Y tengo ganas de llorar. No sé bién qué poesía poner. Elijo una.

Rostro de vos

Tengo una soledad
tan concurrida
tan llena de nostalgias
y de rostros de vos
de adioses hace tiempo
y besos bienvenidos
de primeras de cambio
y de último vagón.

Tengo una soledad
tan concurrida
que puedo organizarla
como una procesión
por colores
tamaños
y promesas
por época
por tacto
y por sabor.

Sin temblor de más
me abrazo a tus ausencias
que asisten y me asisten
con mi rostro de vos.

Estoy lleno de sombras
de noches y deseos
de risas y de alguna
maldición.

Mis huéspedes concurren
concurren como sueños
con sus rencores nuevos
su falta de candor
yo les pongo una escoba
tras la puerta
porque quiero estar solo
con mi rostro de vos.

Pero el rostro de vos
mira a otra parte
con sus ojos de amor
que ya no aman
como víveres
que buscan su hambre
miran y miran
y apagan mi jornada.

Las paredes se van
queda la noche
las nostalgias se van
no queda nada.

Ya mi rostro de vos
cierra los ojos
y es una soledad
tan desolada.

  1. #1 by hormiga on 16/06/2009 - 23:13

    a mi me gusta mucho este
    bodas de perlas

    Después de todo qué complicado es el amor breve
    y en cambio qué sencillo el largo amor
    digamos que éste no precisa barricadas
    contra el tiempo ni contra el destiempo
    ni se enreda en fervores a plazo fijo

    el amor breve aún en aquellos tramos
    en que ignora su proverbial urgencia
    siempre guarda o esconde o disimula
    semiadioses que anuncian la invasión del olvido
    en cambio el largo amor no tiene cismas
    ni soluciones de continuidad
    más bien continuidad de soluciones

    esto viene ligado a una historia la nuestra
    quiero decir de mi mujer y mía
    historia que hizo escala en treinta marzos
    que a esta altura son como treinta puentes
    como treinta provincias de la misma memoria
    porque cada época de un largo amor
    cada capítulo de una consecuente pareja
    es una región con sus propios árboles y ecos
    sus propios descampados sus tibias contraseñas

    he aquí que mi mujer y yo somos lo que se llama
    una pareja corriente y por tanto despareja
    treinta años incluidos los ocho bisiestos
    de vida en común y en extraordinario

    alguien me informa que son bodas de perlas
    y acaso lo sean ya que perla es secreto
    y es brillo llanto fiesta hondura
    y otras alegorías que aquí vienen de perlas

    cuando la conocí
    tenía apenas doce años y negras trenzas
    y un perro atorrante
    que a todos nos servía de felpudo
    yo tenía catorce y ni siquiera perro
    calculé mentalmente futuro y arrecifes
    y supe que me estaba destinada
    mejor dicho que yo era el destinado
    todavía no se cuál es la diferencia

    así y todo tardé seis años en decírselo
    y ella un minuto y medio en aceptarlo

    pasé una temporada en buenos aires
    y le escribía poemas o pancartas de amor
    que ella ni siquiera comentaba en contra
    y yo sin advertir la grave situación
    cada vez escribía más poemas más pancartas
    realmente fue una época difícil

    menos mal que decidí regresar
    como un novio pródigo cualquiera
    el hermano tenía bicicleta
    claro me la prestó y en rapto de coraje
    salí en bajada por la calle almería
    ah lamentablemente el regreso era en repecho

    ella me estaba esperando muy atenta
    cansado como un perro aunque enhiesto y altivo
    bajé de aquel siniestro rodado y de pronto
    me desmayé en sus brazos providenciales
    y aunque no se ha repuesto aún de la sorpresa
    juro que no lo hice con premeditación

    por entonces su madre nos vigilaba
    desde las más increíbles atalayas
    yo me sentía cancerbado y miserable
    delincuente casi delicuescente

    claro eran otros tiempos y montevideo
    era una linda ciudad provinciana
    sin capital a la que referirse
    y con ese trauma no hay terapia posible
    eso deja huellas en las plazoletas

    era tan provinciana que el presidente
    andaba sin capangas y hasta sin ministros

    uno podía encontrarlo en un café
    o comprándose corbatas en una tienda
    la prensa extranjera destacaba ese rasgo
    comparándonos con suiza y costa rica

    siempre estábamos llenos de exilados
    así se escribía en tiempos suaves
    ahora en cambio somos exiliados
    pero la diferencia no reside en la i

    eran bolivianos paraguayos cariocas
    y sobre todo eran porteños
    a nosotros nos daba mucha pena
    verlos en la calle nostalgiosos y pobres
    vendiéndonos recuerdos y empanadas

    es claro son antiguas coyunturas
    sin embargo señalo a lectores muy jóvenes
    que graham bell ya había inventado el teléfono
    de aquí que yo me instalara puntualmente a las seis
    en la cervecería de la calle yatay
    y desde allí hacía mi llamada de novio
    que me llevaba como media hora

    a tal punto era insólito mi lungo metraje
    que ciertos parroquianos rompebolas
    me gritaban cachádome al unísono
    dale anclao en parís

    como ven el amor era dura faena
    y en algunas vergüenzas
    casi insdustria insalubre

    para colmo comí abundantísima lechuga
    que nadie había desinfectado con carrel
    en resumidas cuentas contraje el tifus
    no exactamente el exantemático
    pero igual de alarmante y podrido
    me daban agua de apio y jugo de sandía
    yo por las dudas me dejé la barba
    e impresionaba mucho a las visitas

    una tarde ella vino hasta mi casa
    y tuvo un proceder no tradicional
    casi diría prohibido y antihigiénico
    que a mi me pareció conmovedor
    besó mis labios tíficos y cuarteados
    conquistándome entonces para siempre
    ya que hasta ese momento no creía
    que ella fuese tierna inconsciente y osada

    de modo que no bien logré recuperar
    los catorce kilos perdidos en la fiebre
    me afeité la barba que no era de apóstol
    sino de bichicome o de ciruja
    me dediqué a ahorrar y junté dos mil mangos cuando el dólar estaba me parece a uno ochenta

    además decidimos nuestras vocaciones
    quiero decir vocaciones rentables
    ella se hizo aduanera y yo taquígrafo

    íbamos a casarnos por la iglesia
    y no tanto por dios padre y mayúsculo
    como por el minúsculo jesús entre ladrones
    con quien siempre me sentí solidario
    pero el cura además de católico apostólico
    era también romano y algo tronco
    de ahí que exigiera no sé qué boleta
    de bautismo o tal vez de nacimiento

    si de algo estoy seguro es que he nacido
    por lo tanto nos mudamos a otra iglesia
    donde un simpático pastor luterano
    que no jodía con los documentos
    sucintamente nos casó y nosotros
    dijimos sí como dándonos ánimo
    y en la foto salimos espantosos

    nuestra luna y su miel se llevaron a cabo
    con una praxis semejante a la de hoy
    ya que la humanidad ha innovado poco
    en este punto realmente cardinal

    fue allá por marzo del cuarenta y seis
    meses después que daddy truman
    conmovido generoso sensible expeditivo
    convirtiera a hiroshima en ciudad cadáver
    en inmóvil guiñapo en no ciudad

    muy poco antes o muy poco después
    en brasil adolphe berk embajador de usa
    apoyaba qué raro el golpe contra vargas
    en honduras las inversiones yanquis
    ascendían a trescientos millones de dólares
    paraguay y uruguay en intrépido ay
    declaraban la guerra a alemania
    sin provocar por cierto grandes conmociones
    en chile allende era elegido senador
    y en haití los estudiantes iban a la huelga
    en martinica aimé cesaire el poeta
    pasaba a ser alcalde en fort de france
    en santo domingo el PCD
    se transformaba en PSP
    y en méxico el PRM
    se transformaba en PRI
    en bolivia no hubo cambios de siglas
    pero faltaban tres meses solamente
    para que lo colgaran a villarroel
    argentina empezaba a generalizar
    y casi de inmediato a coronelizar

    nosotros dos nos fuimos a colonia suiza
    ajenos al destino que se incubaba
    ella con un chaleco verde que siempre me gustó
    y yo con tres camisas blancas

    en fin después hubo que trabajar
    y trabajamos treinta años
    al principio éramos jóvenes pero no lo sabíamos
    cuando nos dimos cuenta ya no éramos jóvenes
    si ahora todo parece tan remoto será
    porque allí una familia era algo importante
    y hoy es de una importancia reventada

    cuando quisimos acordar el paisito
    que había vivido una paz no ganada
    empezó lentamente a trepidar
    pero antes anduvimos muy campantes
    por otras paces y trepidaciones
    combinábamos las idas y las vueltas
    la rutina nacional con la morriña allá lejos
    viajamos tanto y con tantos rumbos
    que nos cruzábamos con nosotros mismos
    unos eran viajes de imaginación qué baratos
    y otros qué lata con pasaporte y vacuna

    miro nuestras fotos de venecia de innsbruck
    y también de malvín
    del balneario solís o el philosophenweg
    estábamos estamos estaremos juntos
    pero cómo ha cambiado el alrededor
    no me refiero al fondo con mugrientos canales
    ni al de dunas limpias y solitarias
    ni al hotel chajá ni al balcón de goethe
    ni al contorno de muros y enredaderas
    sino a los ojos crueles que nos miran ahora

    algo ocurrió en nuestra partícula de mundo
    que hizo de algunos hombres maquinarias de horror
    estábamos estamos estaremos juntos
    pero qué rodeados de ausencias y mutaciones
    qué malheridos de sangre hermana
    qué enceguecidos por la hoguera maldita

    ahora nuestro amor tiene como el de todos
    inevitables zonas de tristeza y presagios
    paréntesis de miedo incorregibles lejanías
    culpas que quisiéramos inventar de una vez
    para liquidarlas definitivamente

    la conocida sombra de nuestros cuerpos
    ya no acaba en nosotros
    sigue por cualquier suelo cualquier orilla
    hasta alcanzar lo real escandaloso
    y lamer con lealtad los restos de silencio
    que también integran nuestro largo amor

    hasta las menudencias cotidianas
    se vuelven gigantescos promontorios
    la suma de corazón y corazón
    es una suasoria paz que quema
    los labios empiezan a moverse
    detrás del doble cristal sordomudo
    por eso estoy obligado a imaginar
    lo que ella imagina y viceversa

    estábamos estamos estaremos juntos
    a pedazos a ratos a párpados a sueños
    soledad norte más soledad sur
    para tomarle una mano nada más
    ese primario gesto de la pareja
    debí extender mi brazo por encima
    de un continente intrincado y vastísimo
    y es difícil no sólo porque mi brazo es corto
    siempre tienen que ajustarme las mangas
    sino porque debo pasar estirándome
    sobre las torres de petróleo en maracaibo
    los inocentes cocodrilos del amazonas
    los tiras orientales de livramento

    es cierto que treinta años de oleaje
    nos dan un inconfundible aire salitroso
    y gracias a él nos reconocemos
    por encima de acechanzas y destrucciones

    la vida íntima de dos
    esa historia mundial en livre de poche
    es tal vez un cantar de los cantares
    más el eclesiastés y sin apocalipsis
    una extraña geografía con torrentes
    ensenadas praderas y calmas chichas

    no podemos quejarnos
    en treinta años la vida
    nos ha llevado recio y traído suave
    nos ha tenido tan pero tan ocupados
    que siempre nos deja algo para descubrirnos
    a veces nos separa y nos necesitamos
    cuando uno necesita se siente vivo
    entonces nos acerca y nos necesitamos

    es bueno tener a mi mujer aquí
    aunque estemos silenciosos y sin mirarnos
    ella leyendo su séptimo círculo
    y adivinando siempre quién es el asesino
    yo escuchando noticias de onda corta
    con el auricular para no molestarla
    y sabiendo también quién es el asesino

    la vida de pareja en treinta años
    es una colección inimitable
    de tangos diccionarios angustias mejorías
    aeropuertos camas recompensas condenas
    pero siempre hay un llanto finísimo
    casi un hilo que nos atraviesa
    y va enhebrando una estación con otra
    borda aplazamientos y triunfos
    le cose los botones al desorden
    y hasta recomienda melancolías

    siempre hay un finísimo llanto un placer
    que a veces ni siquiera tiene lágrimas
    y es la parábola de esta historia mixta
    la vida a cuatro manos el desvelo
    o la alegría en que nos apoyamos
    cada vez más seguros casi como
    dos equilibristas sobre su alambre
    de otro modo no habríamos llegado a saber
    qué significa el brindis que ahora sigue
    y que lógicamente no vamos a hacer público

    ********* qué gran hombre!

(No será publicado)


A %d blogueros les gusta esto: